Olimerca.- El mes de octubre se ha cerrado con precios en el aceite de oliva en origen en un contexto de gran estabilidad, tras las importantes subidas acontecidas en las tres semanas anteriores, y los operadores han iniciado el mes de noviembre manteniendo una gran cautela operadora dado que trasladar el incremento de costes al lineal va a ser un proceso negociador difícil y algo traumático por su potencial repercusión en el consumo.
A las fechas en las que nos encontramos, preocupa saber cómo han evolucionado las salidas de aceite en el mes de octubre, que, aunque muchos avanzan que podrían rozar las 90.000 toneladas, otros consideran que van a ser superiores dado que había contratos firmados en meses anteriores.
Sin duda que el comportamiento de las salidas va a ser un factor determinante, tanto para la producción como para la comercialización, porque marcará la tendencia de cara a los próximos meses, tanto a nivel de precios como de exportaciones y mercado interior.
En este contexto, los grandes envasadores apenas mueven ficha y con la esperanza puesta en que en diciembre la producción de aceite de oliva sea algo superior a las estimaciones realizadas por la Junta de Andalucía, en aquellas zonas donde las lluvias han regado los olivares.
Mientras tanto, los olivareros tienen otra preocupación sobre la mesa: la cosecha del próximo año. Todo el mundo sabe que a partir de este mes de noviembre toda el agua que caiga o no caiga influirá de manera decisiva en el desarrollo del olivo de cara a la próxima cosecha, y si las estimaciones meteorológicas no se equivocan las previsiones apuntan a un invierno seco.